Publicamos Necroslogía a mediados de enero; en estos meses nos ha brindado muchas satisfacciones. Los números nos dicen que se registraron 192 descargas del libro en formato pdf y que se han vendido 205 ejemplares en papel. Nada mal, nos decimos, habida cuenta de que es una antología que no viene de la mano de un sello editorial importante y que no hemos realizado una difusión intensa.
Sin embargo, los números, con toda su importancia, no reflejan con precisión la realidad; es en esa realidad tras los números que radican las verdaderas alegrías que nos está deparando Necroslogía.
Alegrías simples, cotidianas: el asombro de nuestros familiares y amigos al ver el libro. Las preguntas que se repiten: ¿Y vos participás aquí? ¿Todo lo hicieron ustedes solos? Y nosotros —un poquitín vanidosos— contestamos que sí, que otra vez sí. Y los libros se nos escapan de las manos, secuestrados por familiares y amigos, que buscan en el índice rápidamente y rápidamente se sientan a leer el cuento, ese que escribió aquel a quien quieren. Nos dicen, claro está, que nuestro cuento es el mejor del mundo. Sabemos que no hay peor crítico que la familia y los amigos, pero ¿por qué no jugar un rato a que ignoramos esa máxima fundamental y creer, por un instante, que hemos escrito el mejor relato posible? Y por un rato jugamos a creerles, porque eso es también compartir emociones con nuestra gente.
Satisfacciones sencillas: avisar que Necroslogía puede bajarse gratuitamente de la página y recibir una respuesta contundente: «Ah, no, quiero tener el libro, no un pdf». O tener la posibilidad de dejar el libro en una biblioteca de la ciudad o de una institución académica, allí donde vivimos.
La lectura crítica y más desapasionada de quienes entienden de cuentos o del proceso de editar y publicar libros, y que critican (benditas críticas que siempre son útiles), pero al mismo tiempo nos dicen:  «Me gustó» o «está bien hecho». Y nosotros nos sentimos profundamente satisfechos por estas valoraciones.
También existe esa otra alegría, la que nos brindaron los compañeros y amigos con los que hemos compartido foros u otras actividades en la Red, y que, generosamente, abrieron entradas en sus blogs o compartieron la noticia de la publicación en las redes sociales, sin que mediara solicitud alguna por parte nuestra.
Aunque estamos dándole vueltas a nuevos proyectos, Necroslogía no es, para nosotros, un capítulo cerrado. Sin apurar los tiempos, continuamos, con calma, su difusión. Y, por supuesto, esperamos que ustedes, apreciados lectores, nos sigan haciendo llegar sus reseñas y comentarios, que seguiremos publicando en este blog.
La Tribu

Reseña publicada en el Suplemento Tres Mil | 3000 
(21 de abril 2012), del Diario Co Latino (El Salvador)


Necroslogía: una antología de la muerte es una recopilación de historias del colectivo de escritores La Tribu (latribu11.com).
El libro es un producto literario interesante, porque reúne a hombres y mujeres de México, España, Argentina y El Salvador que trabajan, revisan y comparten sus textos a través del Facebook. Es destacable que las redes sociales sirvan de lazo conector a escritores y escritoras con inquietudes creativas, que este medio les sirva para expresarlo ordenadamente y con un propósito: publicar.
   Precisamente leí un ejemplar, que me envió el escritor salvadoreño que aparece en la antología, Edgardo Benitez (pasionporlaverdad-loboherido.blogspot.com), este contiene quince textos breves donde el tema central es la muerte, están repartidos a lo largo de la noche, la madruga y el amanecer, lo que permite al lector caminar por este pasadizo nocturno guiado por los autores.Todo el ambiente de los textos es ameno y entretenido. Bien escrito en la forma, sin pretensiones de retorcer las oraciones y el sentido de estas, por eso se leen con facilidad. Me parece, como lectora, que este es justamente uno de los principales atractivos de la narración. La antología Necroslogía cumple el objetivo. En esta oportunidad quiero referirme al texto de nuestro compatriota Edgardo. Nos sitúa, desde la entrada de su texto, en la tormenta Aída y la búsqueda desesperada de una madre por encontrar el cuerpo de su hijo, entre los destrozos dejados por la lluvia. El agua, la tristeza y la resignación son los elementos que utiliza para ambientar su cuento.
   Recomiendo esta antología. Aplaudo la iniciativa de La Tribu y los aplaudo con fervor por imprimir en papel sus interesantes y bien escritas historias de muerte.


LYA AYALA

Poeta y periodista


Los suplementos culturales «Tres Mil | 3000» pueden descargarse en:



5 comentarios:

Naia Marlo dijo...

Mi enhorabuena a la tribu por este proyecto tan hermoso y sencillo. Os deseo mucho éxito en todos aquellos que creéis.

Un gran saludo

Naia Marlo

Edgardo Benìtez dijo...

Gracias, María, por tus buenos deseos.
Tu admiración a La Tribu, reafirma nuestro compromiso para crecer, y aplicarnos en los proyectos que vienen.
Un abrazo.

Edgardo Benìtez dijo...

Mi querida,Lya Ayala.
Gracias por tus palabras que sirven de aliento a todos para seguir adelante.
El apoyo de tus palabras no obliga a impulsar nuevos proyectos, que con tu colaboración sabemos que lo lograremos.
Un saludo al equipo del Suplemento Literario "3000".
Edgardo Benitez

Anónimo dijo...

“Ni siquiera el nacimiento es tan puntual cómo la propia muerte”.

Bueno… quiero aportar mi granito, ya que por medio de Edgardo Benítez poseo la obra en papel, al cual estoy muy agradecida. La diversidad de “Necroslogía”, al estar escrita bajo varios puntos de vista (hermosa iniciativa) nos aporta una amplia visión de lo injusta que puede ser, así como, lo necesaria y valiente que es la muerte.

Me ha encantado descubrir que la vida… no muere.

Magna obra. Mis felicitaciones a los autores, y en especial a Edgardo, muchas gracias.

Saludos

Rosaela

Esther dijo...

Naia, Rosaela, gracias por pasar por aquí y, sobre todo, por vuestras palabras de apoyo a este proyecto literario.

Un abrazo desde La Tribu,
Esther





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